
El 24 de diciembre de 2024, el Tratado sobre el Comercio de Armas (ATT) celebró una década regulando el comercio mundial de armas y promoviendo la transparencia entre sus Estados partes. Como el primer marco legalmente vinculante que integra el derecho internacional humanitario con la regulación del comercio de armas, el ATT se esfuerza por fomentar la paz global, reducir el sufrimiento humano y mejorar la cooperación entre naciones. A pesar de estos objetivos admirables, persisten desafíos significativos. Solo 116 estados han suscrito el tratado, dejando fuera a muchos de los principales exportadores e importadores de armas. Además, obstáculos como lograr la membresía universal, fortalecer el cumplimiento, perfeccionar los mecanismos de la Conferencia de Estados Partes (CSP), abordar la desviación y garantizar la transparencia en los flujos de armas continúan entorpeciendo el progreso.
El último Informe del Monitor del TCA, que revisa la presentación de informes sobre transferencias de armas para 2022, ofrece un panorama preocupante. Solo 69 de los Estados partes obligados a presentar un informe anual lo hicieron, lo que representa una tasa de cumplimiento del 63 por ciento, la más baja desde que se comenzaron a presentar informes en 2015. Asimismo, únicamente 35 estados (32 por ciento) presentaron sus informes a tiempo. Mientras tanto, la proporción de informes confidenciales aumentó de seis (3 por ciento) en 2015 a 23 (31 por ciento) en 2021, antes de experimentar un leve descenso en 2022.
Cada año, los Estados partes están obligados a presentar informes detallados sobre exportaciones e importaciones de armas antes del 31 de mayo. Entre 2015 y 2022, 53 Estados partes reportaron más de 121 millones de exportaciones de armas, mientras que 65 registraron más de 4 millones de importaciones. Como señala el informe del Monitor del ATT, la discrepancia entre estas cifras se puede atribuir a varios factores, entre ellos la limitada capacidad de los países importadores para monitorear las transferencias, la exclusión de los principales exportadores o importadores que no son miembros y la omisión de transferencias sensibles.
El Mapa del Índice Global de Paz subraya aún más la gravedad de la situación. Los conflictos en Gaza y Ucrania han contribuido significativamente a la disminución de la paz global, registrándose 162,000 muertes en combate en 2023. Un récord de 92 países están ahora involucrados en conflictos transfronterizos, el mayor número desde la creación del GPI. Cabe destacar que la guerra en Ucrania —la primera vez desde 1945 que un conflicto en suelo europeo involucra a un miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como agresor o defensor principal— sirve como un claro recordatorio de la urgente necesidad de transparencia, especialmente considerando que 40 países europeos (35 por ciento de los Estados partes) se encuentran en la región.
Otra tendencia es el aumento de las exclusiones de información sensible. Estas exclusiones crecieron de manera constante desde 2015 hasta 2017, alcanzando su punto máximo en 2022. Entre 2015 y 2022, solo 20 informes indicaron explícitamente qué categorías de datos se clasificaron y por qué. Aunque países como Australia y Suecia aclararon consistentemente dónde clasificaron sus datos y el motivo de ello, muchos informes no alcanzan este nivel de detalle. Si bien el Artículo 13(3) del tratado permite la exclusión de información considerada comercialmente sensible o relacionada con la seguridad nacional, para el 9 de enero de 2025, 16 Estados partes optaron por clasificar información en 2023.
Proporcionar detalles adicionales en los informes, aunque no es obligatorio, mejora significativamente la transparencia y se alinea con los objetivos del tratado. El Monitor del TCA ha identificado varias buenas prácticas que no solo mejoran la claridad y precisión de los informes, sino que también respaldan los esfuerzos para prevenir la desviación de armas y promover la rendición de cuentas. Por ejemplo, en 2022, Países Bajos señaló claramente que las cifras exactas de armas suministradas a Ucrania fueron retenidas por razones de seguridad nacional. Entre 2017 y 2023, mientras que seis Estados partes ocultaron información sobre transferencias a Ucrania —con un pico durante el estallido de la guerra— la mayoría continuó presentando informes de acceso público. De manera similar, el reporte voluntario de categorías adicionales —como escopetas, municiones y definiciones nacionales de armas— puede estandarizar y mejorar la comparabilidad entre informes.
Durante la última década, la Secretaría del ATT, junto con diversas organizaciones de la sociedad civil, ha desarrollado directrices y organizado talleres para ayudar a los Estados partes a cumplir con sus obligaciones de reporte y reforzar la transparencia. Organizaciones como Control Arms y el Monitor del TCA han desempeñado roles destacados en estos esfuerzos. Sus reportes anuales no solo han seguido las tendencias en la presentación de informes, sino que también han ofrecido recomendaciones específicas por país para que logren mejorar. Desde 2024, la introducción de un tablero en Power BI por parte del Monitor del ATT ha proporcionado una visión integral de los datos de transferencias de armas reportados públicamente. De cara a 2025 y más allá, el trabajo colaborativo del Monitor del TCA y otros actores será vital para construir confianza entre los Estados partes mediante la promoción de la transparencia, la cooperación y una conducta responsable en el comercio internacional de armas convencionales.
Sol Nottage es Investigadora Asociada de Control Arms en el Monitor del ATT y profesora auxiliar en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina).
La inclusión en el Foro sobre el programa de expertos emergentes en el Comercio de Armas y la publicación de estos artículos no indica acuerdo ni respaldo de las opiniones de otros. Las opiniones expresadas son únicamente las de los autores de cada artículo.